costurera

Resulta que he decidido que no pasa otro año más sin aprender a coser como es debido. No digo ponerme a hacer ropa (porque mi sistema métrico a ojo miope no creo que vaya muy bien) pero sí bolsitos y monederos de esos que una ve y dice cual niño de ocho años que ve un Miró 'eso yo también sé hacerlo'. Claro, pero ponte ahí, a cortar midiendo, a hilvanar sin pensar 'bah, esto igual no hace falta... voy a hacerlo directamente', a tener en cuenta de qué lado van las telas, que la canilla no se vuelva loca...

Así que, hasta que descubra donde está el Servicio Técnico de mi máquina de coser del Lidl (Polonia? Lituania?) que por el momento sigue en coma, mi querida amiga Rula me ha prestado su maravillosa Alfa y horas de su precioso tiempo para hacerme entender los clásicos básicos de la costura. Y resulta que... ¡me gusta!


Os dejo aquí mi primera 'creación', que viene siendo un bolsillo de plastón en una bolsa ya hecha de esas de publicidad de congresos, ferias y demás. La tela viene desde Japón (Nuno+ tiene telas y bolsos fantabulosos), es una de las varias genialidades que me cagó el Tió en un grito de 'a ver si así ya no tienes excusas para darle a la aguja'. Y en eso estoy. Aunque ayer me cayese por las escaleras y tenga el coxis hecho un melóny deba esatr todo el día tumbada boca abajo (si eres Ana de Tutilandia recuerda que soy muy buena trabajadora y que el hecho de que aproveche para coser en mi día de reposo no quita que esté descansado... ehem...) Así que próximamente... Más!