Dado que últimamente dispongo de poco tiempo y mínimo acceso a internet, estoy actualizando muy poco... Sigo produciendo, pero poca novedad, casi todo encargos de los modelos que aparecen en el blog.
Pero como no quiero que el blog muera, hoy voy a contaros 'La increíble historia del nacimiento de horra!horra!' (tiene poco de increíble, es solo por darle más emoción al asunto XD).
Érase una vez, en un piso de 30 metros cuadrados, una muchacha que decidió que, por una vez, en vez de levantarse de la mesa justo después de cenar, se quedaría sentada en su silla dando lugar a un momento de sobremesa con su querido. La conversación fue divagando hasta llegar a un punto recurrente titulado '¿sigo intentando hacer cosas creativas o desisto de una vez por todas?'. Tras barajar diversas opciones, la parte racional planteó la opción de
¿por qué no participas en la feria esa que montan los de la escuela donde vas a pintura e intentas vender zapas?.La muchacha de cerebro centrifugante era un poco reacia a esa opción, ya que ya había probado a ser feriante en otras ocasiones y estaba algo desanimada con el asunto, pero dado que esta vez no debía invertir en el tenderete pensó ¿por qué no? Pero... debía ponerle un nombre a la marca... ¿cual? Entonces recordó su grito de guerra durante el invierno 2008-09, cuando durante un intercambio cultural catalano-vascuence pretendió aprenderse la canción del Olentzero, (ese carbonero etílicamente feliz que baja del monte para llevar regalosa los niños vascos el día de Navidad) pero solo recordaba el gritico de ¡horra, horra!
Y aunque al final no puso ni tenderete ni se aprendió la canción al completo, decidió que seguiría pintando zapatillas y haciendo dibujos porque, al fin y al cabo, eso le hacía estar más contenta.
FIN de esta historia